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Entrevista con Walter Giannotti, “Súper Walter”, el andante urbano de Ciudad de la Costa.
“YO QUIERO SER UN TRIUNFADOR DE LA VIDA Y DEL AMOR”
11 de abril de 2014, por
Eduardo Paz Carlson
4 Fotos y 4 Videos por
EPC.
Su
nombre es Walter Giannotti, tiene 64 años, fue agricultor y albañil. De
repente, un día le dio la espalda a su familia y a sus obligaciones laborales y
decidió convertirse en un andante urbano. Según Giannotti, su misión es
advertir sobre los “daños casi irreversibles” que la contaminación humana le está
provocando al planeta. Este predicador espontaneo de la fe ecologista acepta
con alegría y orgullo el sobrenombre de
“Súper Walter” que los vecinos de Ciudad de la Costa le han puesto. Tiene el
aspecto de un “Chavo del 8” abuelo y se lo puede ver todos los días recorriendo
las veredas de Av. Giannattasio entre el Shopping Costa Urbana y la mutualista
La Española. Recoge la basura que los transeúntes tiran a la calle, gesticula,
canta, baila, corre de un lado para otro y en las esquinas pide a voz en cuello
que se cuide a”la madre tierra”.
No
representa la edad que tiene. Anda muy activo, siempre de arriba para abajo…
-Y bueno… es el estado de efusión que me
produce hacer esta tarea. Soy pasional en lo que hago, muy pasional. Nací en el
50. Soy descendiente de italianos. Toda mi familia era muy pasional. Mis padres
eran gente muy trabajadora. Mis tíos trabajaban en el mercado y a uno de ellos
le decían Julio César por la fuerza que tenía. Salía a vender con dos canastas
colgando de una vara apoyada en los hombros; esa era la costumbre en los años
40. Canastas llenas de fruta, papas, de todo. Un día le pesaron las canastas…
¡150 kilos llevaba en los hombros vendiendo puerta a puerta! Y mi padre fue
albañil y era un toro también. Cierro los ojos y como que los veo vendiendo de
casa en casa. También había otros vendedores que iban en carritos pero el recuerdo más fuerte para mí es el de
mi tío con las canastas llenitas de frutas y verduras. Y bué… eran otras
épocas, ¿no?
Usted
saluda a la gente y a los conductores que circulan por Giannattasio. Tiene una
rutina de gestos y actitudes. ¿Por qué lo hace? ¿Qué les quiere comunicar?
-Le raconto un poco mi historia. Yo empecé
en el año 1994 por voluntad propia, voluntariamente ¿no? En año 90
trabajaba en la construcción y un
muchacho me llevó a Rocha. Él había tenido muchas espirituales, había estado
con los Indios del Amazonas, la esposa era bióloga norteamericana. Ellos me
empezaron a dar revistas y libros sobre el medio-ambiente. Yo, primero, lo veía
meditar y “¡Pah! -me decía-… ¡Estos me van a embrujar!” Pero claro… cuando uno
no conoce le tiene miedo a todo, ¿no? Pero todas esas lecturas que me dieron me
cambiaron la vida. Me di cuenta del estado en el que estaba el planeta, la
contaminación de los océanos… y de las consecuencias que se nos avecinaban
rápidamente, ¿no? ¡En el año 90 le estoy hablando! No era para el 2050… era
para ahora, el 2000 y poco… ¡El planeta se estaba agotando! Y todo esto por la
falta de amor hacia la tierra… Este muchacho me enseñó a considerar a la tierra
como un ser vivo. Era muy sabio, no comía carne, pertenecía a la religión de
Krishna, creo. Y empecé a dejar de comer carne -aunque ahora a veces como y sé
que no debería- pero todas su enseñanzas yo las comparto ahora por eso estoy
convencido de que la tierra es un ser vivo al que debemos cuidar con amor y
entre todos.
¿Y
qué le ocurrió en 1994?
-Salí a la calle, me largué. Mi mujer me
quiso abandonar porque yo ganaba buena plata en la construcción y de pronto
dejé de traer plata a casa.
¿De
un día para otro decidió dejar todo?
-Sí, sí, sí, sí… En el 90 empecé a leer ¡y
en el 94 exploté! Yo estaba ganando muy buen sueldo y mi señora es muy buena
pero… o sea, yo había juntado unos pesos y no quería comprar un auto y mi hijo
adolescente quería que compráramos un auto que todo el mundo tenía un auto
menos nosotros…
¿Fue
una especie de crisis familiar lo que lo llevó a esta actividad?
-No sé… No le dije nada y entré a llevar
menos plata a mi casa. Salía a los caminos… ¡sin sueldo! Ah sí… sí… Vivía de la
limosna que me daban.
Se
convirtió en un andante.
-Sí, señor, era un andante. Ojo, yo había tenido una vida muy
organizada. Era un tipo muy estructurado. Y me salió de adentro ser un andante. Además había leído un libro de una filosofía japonesa, el “Seicho-No-Ie”, que
es de la línea de Lao Tse. Dice:” ¿Quieres
bienes firmes en la tierra? Primero haz bienes en el granero del cielo” Es
decir, nosotros no somos solo cuerpo -ya se estudió- tenemos una parte etérea.
Yo quise apostar a esa parte etérea.
Así que salió a los caminos a ver qué pasaba…
-Salí a los caminos, sí… ¡pero
con una azada y a trabajar fuerte! Sí,
empecé a limpiar canteros y basurales. Tengo entrevistas de distintos
periódicos que escribieron sobre mi trabajo. Yo lo hacía por mi propia voluntad
y algunas personas colaboraban con un poquito de dinero o no. Hacía changas por acá por allá… Al principio pedí plata pero después
era todo a voluntad. Y un día, un hombre
-un jefe de UTE de la zona de acá- me dio 6 pesos. Yo había trabajado todo el
día limpiando. ¡Y me dio una enseñanza! Le digo: “¿6 pesos me das? ¿No te das
cuenta…?” Y me dijo: “Walter, el día que
aprendas a valorar lo poco vas a tener mucho”
Y yo estoy de acuerdo con eso. Y
de ahí empecé haciendo alguna changa, el que me quería dar me daba… y las cosas
empezaron a fluir. Un día estaba limpiando, no había hecho un peso… había
limpiado desde la Española hasta por acá. Voy para mi casa que tenía todo
limpito y habían amontonado basura en la esquina. Un basural habían hecho. Y
digo, “Nooo, Walter, estás cansado… No importa andá levantá…no seas bobo…” ¡Y
había 150 dólares debajo de un tacho! Y me pasó varias veces de encontrar plata
así. ¡Cuando estuve apretado, me apareció… ahí abajo de la basura! Es decir, yo
fui a metafísica, estudié…
¿Lo consideraba como un milagro encontrar plata así?
-No, lo consideraba “causa-efecto, acción-consecuencia”.
Y a todo esto, ¿qué fue de su familia?
-Mi hijo que era
adolescente, me dejó de saludar por seis meses. Mi señora me quiso
abandonar. Me rechazaban. Me rechazaban por yo, de ganar 1000 pesos
llevaba 100 pesos…
Pensarían que usted estaba loco.
-Claro… Aparte, que los
vecinos le decían horrorizados: “¡Qué le pasó a tu maridooo!” Porque... tenga en
cuenta que yo había sido toda la vida un tipo muy centrado y de la nada empecé con:
“¡Cuidemos el planeta! ¡Madre tierra!” y saltaba y me agachaba y hacía
macacadas y saludaba a la gente… Lo que no se daban cuenta es que soy un actor.
Esto que ven en la calle es un personaje que uso para dar mi mensaje, para
lanzar mi grito de ayuda a la tierra que se está asfixiando pro nuestra culpa.
Incluso me llevaron a un grupo de
terapeutas para demostrar lo que hacía porque según ellos yo había hecho “un
arte de la basura”, de la recolección de la basura.
Todos esos movimientos que hace son para llamar la atención de la gente.
-Claro, claro… todos esos
movimientos… fíjese son circulares… o en
redondo… Los aprendí de mi hija que practicaba Aikido. Y muevo la cintura para desplazar la energía…
Y aparate, si yo tengo 64 años… ¿Cómo se cree que soy capaz de estar corriendo
y saltando y yendo y viniendo todo el día? Es por este entrenamiento constante
en el que estoy. Hace 20 y pico de años
que estoy en esto y no es casualidad esto. Mi estado físico no es una
casualidad, es una disciplina.
¿Y su señora, como reaccionó?
-¡Me empezó a relajar! No estaba contenta conmigo. Pero a partir del
2005, cuando cambió el gobierno, vino gente de Carámbula… se me arrimaron y
dicen: “No… a este hombre tienen que darle trabajo” ¡Y me dieron trabajo!
¿Usted es empleado de la Intendencia Municipal de Canelones?
-Sí, señor. A partir del
2005 yo tengo un sueldo pagado por la intendencia. Por ejemplo, yo ahora vengo
de la escuela de Lagomar que hago una huerta en la escuela. Y ojo que por esa
huerta recibimos un premio porque yo era agricultor antes…
¿Cuál es el trabajo por el que le paga la Intendencia?
-Tengo que hacer 40 horas
semanales y yo hago este trabajo: limpio. Limpio cunetas, desobstruyo, levanto
basura… etc. Ellos me pagan el sueldo y me dejan libre para que yo haga lo que
quiera. ¡Pero les tengo que hacer las 40 horas! Yo hago una función de
propaganda ecologista. Se habla mucho de medio-ambiente pero no precisamos más
la teoría… la genta ya no cree en la política. Hay que pasar a la acción para
defender el planeta. Quise poner en práctica mis principios. Yo soy creyente:
“Se ganarán el pan con el sudor de su frente”,
por eso trabajo todo el día… la gente me ve…
Sí, por suerte. Mi señora
nunca me dejó. Mi hija está en pareja y tiene 2 hijos. Soy abuelo. Estuvimos al
borde de la ruptura pero nunca me llegué a ir de mi casa. Lo que pasa es que
los aburría por les vivía hablando del medio-ambiente. ¡Los tenía hartos! Pero
de a poco se fueron dando cuenta. La intendencia me hizo 2 homenajes, ¿A usted
no le llegó lo de “Súper Walter”? Son
dos libritos que están distribuyendo a todo Canelones en los que explico la
situación de nuestra Madre Tierra. Es
decir… soy un “Súper Héroe” de la vida real. ¿Sabe lo que es un “Súper
Héroe”? Es aquel que hace lo que siente
y para el bien común. Hoy, en día… eso es ser un “Súper Héroe”. Y por eso me
pusieron “Súper Walter”. Y me gusta mucho hacer esto. Tapo pozos, doy charlas, la próxima es en la
UTU… son charlas para adolescentes, liceales,
en El Pinar, Lagomar y toda la Ciudad de la Costa. Todo permitido por la
Intendencia. Pero recuerde, usted me ve así, pero yo estoy haciendo un
personaje…y estoy muy centrado en lo que hago. Miré en la bolsa: voy levantando
pucho por pucho… Esto solo lo hace una persona consciente del planeta en el que
vive.
¿Alguna vez lo quisieron sacar de las calles?
-En el comienzo, en la época
de Hackenbruck, vinieron unos de la intendencia a querer sacarme, a amenazarme
“Te la vamos a dar si no te vas… vos nos sos empleado…” me decían. Seguro,
porque yo les estaba moviendo el piso con mi actitud. Pero yo no me fui. Y no
es que sea guapo, es que creo en lo que hago y sé que hago el bien y tengo derecho
a hacerlo. Y los tipos nunca más me dijeron nada, me dejaron trabajar
tranquilo. Y algunas personas se asustan pero después se dan cuenta de quién
soy y me tratan bien. La gente es muy amable conmigo, me quiere. Siempre hay
alguno que me grita “¡Loco, andá a trabajar!”… Claro,
porque consideran que esto que estoy haciendo no es trabajo. Por eso le
digo que yo estoy defendiendo a capa y espada este planeta, por algo me
pusieron “Súper Walter”, nada es casualidad en esta vida. Ojo, yo no me la creo
soy “Súper Walter”, yo conjugo el verbo hacer. ¿Sabe lo que quiere decir
conjugar? La biblia lo dice bien claro: “Conjurar el verbo”. No se trata hablar
y hablar de Dios sin hacer nada. Yo agradezco cada día de vida que tengo porque
mi vida no depende de mi esfuerzo… El mundo está al borde de una catástrofe.
See está recalentando al atmosfera. Van a
desaparecer las franjas costeras… Es
hora de actuar, basta de hablar. ¡A conjugar!
-Sí, ¡y muchos me dicen Maestro!
¡Maestro, me dicen! Voy a dar charlas a las escuelas pero yo
tengo hecho la escuela y 4 años de liceo, no soy recibido de nada, solo soy
recibido de la vida. No tengo ningún
título pero estoy preparando en la manera práctica de hacer las cosas. Esta
mañana estuvimos limpiando los patios de los recreos con los niños. La
directora les dio guantes a los niños y todos juntos nos pusimos a limpiar.
También plantamos algunos árboles con los niños hoy.
Es como un profesor.
-Mi padre no sabía ni leer
ni escribir y yo lo consideraba un ignorante y me avergonzaba de él. Pero era
un hombre sabio y bueno. Con el tiempo me di cuenta que en el interior de cada
persona está al verdadera sabiduría. Cuando usted medita un poco, cuando usted
se compenetra en sí mismo… Cuando pide ayuda a fuerza superiores porque usted
las necesita -porque esto no es broma-¡Usted recibe esa ayuda!
¿Cuál es su mensaje a la gente que no le presta atención a los temas
ambientalistas?
Walter Giannotti, un "súper héroe" que irradia bondad |
-Estamos viviendo en un mundo consumista y capitalista
que está al borde de desaparecer. El planeta está siendo agredido. Es la
“¡Pacha Mama, la Madre tierra!”. Todos somos hijos de la tierra… ¡No lo
olvidemos! Nuestra casa es la tierra, todo lo que le hagamos es lo que vamos a
recibir, ni más ni menos.
Mire, el
otro día una señora me sorprendió porque me preguntó, “¿Porqué no hay más gente
como usted, Walter?” No le dije nada
pero estoy seguro de que la gente está
entendiendo que a nuestra Madre Tierra hay que cuidarla…
¡Estoy seguro de que lo están empezando a entender!
¡Estoy seguro de que lo están empezando a entender!
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