Eran años oscuros de represión política, de represión social y de auto represión. En realidad, esa represión político-social no era más que la materialización política de la represión mental de los uruguayos, el Estado de Sitio Mental.
Pero los rockeros no se callaron.
Con los pelos largos y con la música, salían a las calles y con su sola presencia metían miedo en los caretas - jóvenes y viejos- que los rodeaban.
Después del concierto - que estuvo impresionante- nos dispersamos rápidamente porque si nos quedábamos charlando en la calle enseguida llegaban las chanchitas y todo el mundo iba en cana.
Grupitos de amigos peludos bajando apurados por las calles oscuras de una Montevideo fría, mugrienta y desolada.
Esperamos el bondi en 18 mirándonos de reojo con otros rockeros:
todos saboteadores secretos del Estado de Sitio Mental,
todos eufóricos por el concierto que acabamos de vivir
y todos luminosos
y soñadores, invencibles y solos
No hay comentarios.:
Publicar un comentario